Indignación del ganadero de Campo de la Lomba al que los lobos mataron 21 ovejas y un mastín al que "nadie hace caso".
“Ya no me queda más que pegarme un tiro”, dice contundente Paco ‘el de la miel’ de Campo de la Lomba (Riello) al que los lobos acaban de causar “una gran escabechina. Veintiún ovejas y un mastín, ha sido esta vez. Parece que hacía un tiempo que no atacaban y lo han hecho todo de una vez”, explica, mientras denuncia que, lo peor, es que “nadie me hace caso. He ido a la Guardia Civil y me dicen que no es tema suyo; he ido a los forestales y quedaron en pasar ayer (por este domingo) y los sigo esperando. La gente como cobra igual a final de mes parece que les importamos muy poco”.
Paco, de 76 años, ganadero y apicultor de toda la vida, al que gusta su trabajo hasta el punto de mantenerse en una “jubilación activa” parece a punto de tirar la toalla después de este último y grave ataque. “Ya son muchas, no es la primera vez; no solo los lobos, también los osos me han hecho destrozos en las colmenas, en cientos de ellas a lo largo del tiempo”.
- ¿Y no te pagan los daños del oso?
- El año pasado me destrozaron treinta y me pagaron seis; empezaron a dar vueltas, que si ésta no tiene muchos daños, que sí, que si… siempre igual, de nosotros no se preocupa ni nos hace caso nadie; tanto rollo con el mundo rural; ¿quién va a venir según nos tratan?, ¿dónde andan los de la Junta?
Sorprende que además de las 21 ovejas también le haya matado el lobo a uno de los mastines; no sorprende tanto a Paco, que tiene explicación. “Tienen que ser una manada de 10 o 12. Los mastines les temen, se meten en el rebaño, me los acaban matando a todos, están acojonados, nunca vi una cosa así”. Y recuerda que anduvieron buscando las ovejas muertas por el monte “con la ayuda de un grupo de amigos, que es lo único que nos queda, echarnos una mano”.
La indignación, se palpa en el ganadero omañés que habla desde el corazón encendido y que intenta encontrar apoyos que solo encuentra en sus vecinos, que al igual que él solo perciben la soledad ante este tipo de situaciones por parte de las administraciones.