La capital del concejo de La Tercia y Arbas, receptora de veraneantes sobre todo asturianos, situado al lado de la estación de esquí ha cerrado su último bar en el pueblo.
La incredulidad de que no haya bar en el pueblo va seguido indefectiblemente del repaso de los numerosos bares que tuvo la localidad, pero no ya lejanos en el tiempo, algunos cercanos en el cierre. Y van haciendo el repaso: «Los últimos en cerrar fueron El Reino, el Peñalaza, Barriales, poco antes El Nagasaki y, por supuesto, el Hogar del Pensionista»; pero en la memoria de todos están nombres históricos de Villamanín, como los tres que rodeaban a la estación: El Cañón, el González y El Ezequiel ‘viejo’. Pero también estuvo La Venta de Getino II (después Brañacaballo), El Pibe, la Gaso en verano, y otros que ya se van más lejos en el tiempo.
Las esperanzas parecen puestas en que el Hogar del Pensionista, el último en bajar las persianas después de las navidades, vuelva a abrir sus puertas, que aparezca algún interesado en explotar este local que ofrece buenas condiciones y es evidente que «Villamanín bien puede mantener un bar abierto», repiten en el pueblo, a la vez que recuerdan que hace tan solo dos o tres años «la polémica» surgió porque eran varios los que aspiraban a regentar este amplio local, lugar de partidas y con un amplio salón en la parte superior.
Perder el bar en la montaña es casi perder la última posibilidad de socializar en los pueblos.