El Servicio de Alertas Epidemiológicas de Castilla y León dejará de funcionar el próximo 31 de diciembre, fecha en la que se hará efectiva la renuncia en bloque de todos sus técnicos.
Hace dos años se solicitó a los Servicios Jurídicos de la Secretaría General de la Consejería de Sanidad, la valoración de la legalidad o adecuación de las retribuciones que reciben como "gratificaciones" por su trabajo en el Servicio de Alertas. El 15 de mayo de 2020, en el informe 2489/2019, con fecha 3 de enero de 2020, concluyó que "la retribución que deben recibir por ese concepto los profesionales no puede encuadrarse en ningún caso dentro de las gratificaciones extraordinarias".
La "irregularidad administrativa" que califican de "ilegal e injusta" se podía haber resuelto, a su juicio, regulando normativamente el Sistema de Alertas Epidemiológicas de Castilla y León, como en la Ley 4/2020 de 18 de junio, de impulso y simplificación de la actividad administrativa para el fomento de la reactivación productiva en Castilla y León, u otras leyes posteriores.
En julio de 2020 mantuvieron una reunión con el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, y con la directora de Función Pública, Paloma Rivero, en la que se llegó a un compromiso para elaborar un decreto que regulase el Sistema de Alertas Epidemiológicas de Castilla y León "ese mismo año y por el procedimiento de urgencia". Sin embargo, ese compromiso se ha incumplido, después de 12 años de reclamaciones, lo que a juicio de los renunciantes ha supuesto "una pérdida de recursos humanos" de manera progresiva. Después de 17 meses, y varias oportunidades legislativas, sin recibir respuesta salvo vagas promesas y un borrador de decreto poco consensuado, según indican fuentes del sistema, se ha pasado de tener 22 especialistas de Medicina Preventiva y Salud Pública a una decena, porque poco a poco han ido renunciando. Los 10 que quedan se han mantenido en su puesto "por responsabilidad profesional ante la situación de pandemia, doblando guardias y atendiendo alertas de áreas que no les correspondían y en momentos en los que un solo epidemiólogo atendía 4 o 5 provincias en algunas semanas".
Así, "ante la situación de deterioro progresivo del funcionamiento del Sistema de Alertas Epidemiológicas de Castilla y León y del reiterado incumplimiento de las obligaciones de las consejerías implicadas" solicitan la baja en el Sistema de Alertas Epidemiológicas de Castilla y León que, "por responsabilidad profesional" harán efectiva el 31 de diciembre de 2021, fecha a partir de la cual no se atenderá este servicio en espera de la regularización normativa correspondiente.