La población de la montaña no se va. Cuando menos no hace por gusto, es evidente. Se la echa del territorio, no tan solo a base de decisiones equivocadas. En la mayor parte de los casos, se la echa porque los responsables no toman ninguna decisión esperando que el espíritu santo se manifieste…. Y eso, eso no va a pasar.
Eso es lo que está sucediendo en la localidad montañesa de Reyero, donde hace más de una semana que no tienen cobertura de móvil sin que las compañías responsables tomen cartas en un asunto urgente de verdad. Mientras tanto, se limitan a declarar que tienen una incidencia abierta que abierta sigue.
El malestar de los vecinos se hace evidente a través de su alcalde Gregorio Alonso que resalta que solo pueden utilizar sus teléfonos fijos para comunicarse con el exterior.
Esto, ya no es solo una cuestión técnica que las compañías archivan como una avería. La realidad es que la falta de inversión impide que el territorio pueda compartir mercados. Sin internet, sin teléfonos, sin aplicaciones móviles, no vamos a ninguna parte. Si no cambiamos el modelo estamos condenados a la desaparición.